martes, 7 de octubre de 2008

ETICA EN ENFERMERIA

INTRODUCCIÓN

“La enfermería es un arte, y si se pretende que sea un arte, requiere una devoción tan exclusiva, una preparación tan dura, como el trabajo de un pintor o de un escultor; pero, ¿cómo puede compararse la tela muerta o el frío mármol con tener que trabajar con el cuerpo vivo, el templo del espíritu de Dios? Es una de las Bellas Artes; casi, diría, la más bella de las Bellas Artes.”
Florence Nightingale.
La línea divisoria entre la vieja y la nueva enfermería es la demarcación entre la enfermería pre-Nightingale y la enfermería Nightingale. De la misma forma que Hipócrates (460-370 a.n.e), fue el padre de la medicina, Florence Nightingale (1820-1910) fue la fundadora de la enfermería; la medicina sistematizada es un arte antiguo, mientras que la enfermería organizada es un arte reciente.
La medicina es entendida como el arte de curar, la enfermería como disciplina que surge de ella, pero, con una diferenciación conceptual y práctica, se entiende como el arte de cuidar. En la actualidad se habla de la enfermería como el arte y ciencia del cuidado; las grandes académicas de la profesión han demostrado que se posee una taxonomía, una filosofía, un código de ética, un cuerpo científico propio, que lo agrupa la American Nurse Asociation (ANA): es el diagnóstico y tratamiento de las respuestas humanas ante problemas de salud reales o potenciales. Como dice M. Patricia Donahue en su maravilloso libro La historia de la Enfermería, su verdadera esencia reside en la imaginación creativa, el espíritu sensible y la comprensión inteligente, que constituyen el fundamento real de los cuidados de enfermería.
Se propone interpretar retrospectivamente nuestra historia, para aproximarnos a nuestras raíces. El tránsito de profesión a disciplina ha sido durante un largo devenir histórico, como es el caso de la enfermería. La historia no debe verse como una serie de datos organizados cronológicamente, sino como un sistema referativo.
Refiere Robinson, en 1946, que “la historia de la enfermería es la historia de la mujer”. En las diferentes etapas de la historia de la civilización desde la antigüedad, edad media y renacimiento, señala el papel determinante de la mujer en el cuidado de los hijos y la familia.
Numerosos autores han estudiado la influencia de la condición femenina en el desarrollo de la enfermería. Los valores, las creencias, las actitudes y los comportamientos sociales y culturales aparecen en numerosas obras de arte, tanto en la cerámica, como en la pintura y la escultura.
La antropología social y la sociología han estudiado el enfoque de género, constatando que lo femenino está determinado por la capacidad de concebir y reproducir la especie y consigo la maternidad, el parto y sus cuidados que le prodiga la madre con ternura a su descendencia; la mujer es cuidadora por excelencia, de ahí las raíces femeninas de la profesión.
La enfermería ha sido llamada ciencia y arte. En esta reflexión nos ocuparemos brevemente de ambas dimensiones.


CIENCIA

Se define como ciencia a la observación, identificación, descripción, investigación experimental y explicación teórica de los fenómenos naturales. En este sentido puede definirse como la doctrina del conocimiento.
Los primeros trabajos de filosofía se basaban en el análisis, el razonamiento y los argumentos lógicos para identificar los fenómenos y los conceptos teóricos (1). En las postrimerías de la década de 1980 y los primeros años de 1990, resurgió una filosofía de la enfermería humanística. Su visión de la enfermería como una combinación de ciencia y arte nos ha llevado a agrupar en una misma lección a Nightingale, Wiedenbach, Henderson, Abdellah, Hall, Watson y Benner.
En comparación con otras ciencias en desarrollo, la enfermería se halla en la primera fase de evolución científica. Hasta las postrimerías de la década de 1950, la utilización del término ciencia de la enfermería en la bibliografía especializada era poco frecuente. Entonces se generalizó la idea de que la base de conocimientos para el ejercicio era inadecuada e incompleta y que el desarrollo de una base científica para la práctica profesional era una prioridad.
En 1985, Meleis concluyó que:
La teoría ha dejado de ser un lujo en la enfermería. Hubo un tiempo en que el uso de una teoría se equiparaba con el de un sistema conceptual, simplemente como huya para el desarrollo curricular. En cambio, hoy en día la teoría ha pasado a formar parte del método habitual de la educación, la administración y el ejercicio profesional de la enfermería.
Meleis clasificó los años de evolución de la enfermería en cuatro grandes fases:
Ejercicio profesional.
Educación y administración.
Investigación.
Desarrollo de teorías de enfermería.
En 1952, Peplau desarrolló la primera teoría del ejercicio profesional en su libro Interpersonal Relations in Nursing.
Durante la década de 1950 y primeros años de la de 1960 se desarrollaron otras formulaciones de la enfermería. A finales de la década de 1960 y en la de 1970, los teóricos sobre enfermería analizaron y debatieron múltiples cuestiones metateóricas que se refieren al desarrollo teórico y filosófico de la ciencia. Carper dio forma en 1976 a cuatro conceptos fundamentales en el campo de la teoría: conocimiento empírico (ciencia de la enfermería), conocimiento moral (ética en la enfermería), conocimiento estético (arte de la enfermería) y conocimiento personal (uso terapéutico del yo).
Durante la década de 1980 se extendió la aceptación de la teoría de la enfermería gracias a un desarrollo teórico continuado y a la incorporación cada vez mayor de las bases teóricas en los currículos de los profesionales de este campo.
En la década de 1990 prosiguió el debate filosófico en las obras impresas especializadas acerca de la condición de enfermería, ya fuera como ciencia básica, aplicada o práctica. La realidad es que los expertos en enfermería están totalmente comprometidos en el proceso de conseguir un desarrollo científico global en este campo.

ARTE

Según Darbyshire, (2) en el afán de encontrar legitimidad ante los colegas académicos, la enfermería se trasladó de los escenarios de la práctica a los académicos, y esto se acompañó de una dependencia muy fuerte del empirismo y de las ciencias sociales y psicológicas. Además, el personal docente pensó que para ser aceptadas en los escenarios académicos tenían que adoptar la forma y figura de los académicos científicos. El pensamiento racional, calculador del método científico, ha venido a dominar el discurso en la educación, la práctica, la gerencia y la investigación, y bajo tal modelo de pensamiento el arte de enfermería, junto con otros modos de pensar y entender el mundo de una manera más meditativa, contemplativa y estática, se ha visto marginado y a veces excluido.
Sin embargo, los desarrollos más recientes de la enfermería han venido retando al paradigma científico con un creciente reconocimiento de que un excelente cuidado de enfermería no se puede desarrollar de una manera que se base solamente en las ciencias naturales, físicas y sociales.
Hay trabajos recientes sobre las mejores formas en que la enfermería puede promover el cuidado humano creativo, en los que han resaltado la importancia de hacer que el arte y las humanidades se destaquen en todos los aspectos de la enfermería.
Cada uno de los patrones de conocimiento tiene un propósito y unas características diferentes, pero cada patrón está interrelacionado y es interdependiente (Harper, 1978; Chinn y Jacobs, 1987; Sorrell, 1994).
El patrón de conocimiento estético se identifica a menudo con el arte de la enfermería. Comprende un patrón único de conocimiento que ofrece enriquecer nuestro entendimiento de la experiencia de enfermería que no se logra con otras formas de conocimiento. (3)
Para Chinn y Kramer, 1999, el conocimiento estético en enfermería comprende una apreciación profunda del significado de una situación que pone de manifiesto recursos internos creativos, que transforman las experiencias en lo que aún no es real, pero sí posible. El conocimiento estético permite moverse más allá de la superficie, más allá de los límites y de las circunstancias de un momento particular, para sentir el significado del momento y conectarse con las profundidades de la experiencia humana, que son comunes pero únicas en cada experiencia (enfermedad, sufrimiento, recuperación, nacimiento y muerte). El conocimiento estético en enfermería se vuelve visible a través de las acciones de apoyo, de conductas, actitudes, narraciones e interacciones en su relación con otros.
El conocimiento estético hace posible saber qué hacer con y cómo estar en el momento, instantáneamente, sin deliberación consciente. Surge de la percepción directa de lo que es importante del encuentro. La percepción del significado de un encuentro crea acciones artísticas de enfermería, y la percepción del significado de parte de éste se refleja en las acciones independientes que emprende (Carper, 1978).
Con frecuencia, se comparte el significado sin un intercambio consciente de palabras, y puede no estar formado cognitivamente. A veces el significado se trae a la situación a partir de la propia sensibilidad creativa de los enfermeros, abriendo posibilidades que de otro modo no podrían formar parte del encuentro. Las acciones, los movimientos y las expresiones verbales del personal de enfermería sirven para transformar y moldear la experiencia en la que de otro modo no existiría, creando nuevas posibilidades el encuentro. (4)
Las acciones de enfermería dependen de un elemento de arte, y crean interacciones significativas con otras, únicas, profundamente conmovedoras, que tocan cuerdas comunes de la experiencia humana. Chinn y Kramer, 1999, se refieren a este aspecto de la práctica como al acto-arte transformativo.
Para conceptuar sobre el arte y la estética en enfermería es preciso reconocer los conceptos de arte y estética.
Estética: es un sustantivo que se deriva da la palabra griega aisthetikós (de la belleza), que se refiere a la percepción. Ha evolucionado para referirse específicamente a las capacidades perceptuales para apreciar formas artísticas válidas. Como adjetivo, lo estético identifica como válidamente artístico un objeto o una experiencia. Aquello que es válido artísticamente es coherente en su forma y sustancia, comunica el significado de un todo que está más allá de los elementos formativos y sustantivos, y evoca una respuesta.
Arte: es el proceso de crear un objeto estético o una experiencia; también es el término para referirse al producto que se crea. El arte como proceso comprende habilidades adquiridas en aspectos técnicos y mecánicos para trabajar con los elementos de los que se forman los productos, al igual que las capacidades internas para imaginar el todo antes de que llegue a ser una expresión y a construir intuitivamente los elementos como un todo integral.
Lo que define hasta donde se puede llamar arte a la enfermería es también la determinación de hasta donde es satisfactorio el proceso y hasta donde logra coherencia el producto como un todo que suscita una respuesta al cuidado brindado.
No existe en la actualidad una definición clara del concepto arte de enfermería. Los estudiosos de enfermería han reconocido consistentemente que hay un fenómeno que se denomina “arte de enfermería”. Según refiere en su artículo la profesora Edilma Gutiérrez de Reales, (5) la dificultad tiene que ver con el hecho de que este concepto reside en un plano ontológico; se expresa en el ser conocedor de la enfermera, y en este campo no parece posible separar totalmente lo que podría verse como estético de otro patrón de conocimiento. Otra dimensión ontológica que contribuye a dificultar la especificación del “arte de la enfermería” es la naturaleza representada del arte. Éste se dirige a la transformación de la experiencia.

Simbolismo del cuidado a través del arte.

A través de la historia se ha afirmado que la enfermería es una ciencia y es un arte. Lo afirmó hace más de cien años Florence Nightingale: “Enfermería, la más antigua y bella de las artes”. Nightingale incorpora la imaginación, la mente y el alma a los cuidados de enfermería.
La historia de la enfermería es un permanente relato, presentado a través de la herencia de los artistas, que con talento, sabiduría y gran sensibilidad permiten la visibilidad del cuidado en cada una de sus obras.
En las culturas griegas y romanas la mujer estaba destinada al matrimonio, la procreación y la maternidad. La figura de la comadrona está presente en muchos relatos, frescos y esculturas.
Durante la Edad Media el camino de la salvación de la mujer era la vida conventual, es una época donde la formación religiosa determina en gran parte el desarrollo social; Magdalena es el símbolo cristiano de la mujer redimida, que arrepentida va al camino de la purificación y la penitencia.
Durante los siglos XII y XIII, las mujeres representaban la protección y el cuidado a los enfermos de lepra. La atención a los leprosos era considerada una obra de caridad. Fueron muchas las órdenes religiosas fundadas por los santos, entre ellas la orden de los benedictinos (San Benito), cuyos conventos y claustros están representados en cuadros, pinturas y frescos.
El artista anónimo de la pintura sobre madera (1460) relata la maternidad de Santa Ana y María recién nacida (6). Nos ofrece una mirada de las actividades femeninas y de los objetos utilizados para este cuidado.
El cuadro del pintor renacentista Dominico Ghirlandaio (1449-1494), representa la muerte de Santa Fina. Las mujeres cuidan la llegada de la muerte. Es una mezcla de lo profano y lo religioso.
Las obras de arte del renacimiento que utilizan la pintura sobre lienzo representan la vida cotidiana, social, familiar, en que la mujer tiene un gran protagonismo.
Uno de los monumentos modernos más simbólicos es el “Monumento a la Enfermería”, erigido en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, Estados Unidos. Simboliza el espíritu de la enfermería. La figura de la enfermera, en mármol blanco, mira cientos de tumbas desde una colina. Es un testimonio del valor, el coraje y la ternura de las enfermeras.

CONCLUSIONES

Las cualidades estéticas del personal de enfermería están reflejadas en los aspectos de la práctica, en el desempeño de las técnicas de la profesión al aplicar los cuidados de enfermería. En sus orígenes y por más de cien años fue una práctica exclusiva del género femenino, las que impregnaron su sello distintivo, delicado, meticuloso, detallista como expresión de su feminidad a los procederes aplicados al paciente, lo que se aprecia desde la forma distintiva de arreglar y organizar la historia clínica, a través de sus cualidades estéticas para organizar con gracia singular los equipos e instrumental, materiales de cura, técnicas de arreglo de camas, la aplicación de las vías de administración de medicamentos, empaquetamiento y envoltura y muchas otros procederes de enfermería, hasta una intervención familiar, grupal y comunitaria. En los diferentes escenarios de intervención de enfermería se pone en práctica los conocimientos científicos, éticos, filosóficos y estéticos con un estilo peculiar que nos distingue como profesión.

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